Letras capitales de tipo cursivo pero elegantes de 2 a 4 cm (male los demás, excepto Mallon - Marín).

Apareció en 1888, a 2 metros de profundidad, junto con otra estatua de togado, al abrir cimientos en un solar de la antigua calle Portillo (hoy Sagasta), para construir la casa nº 13, esquina a calle San José, propiedad de D. Vicente Zambrano.

La estatua que representa a un hombre con clámide sobre túnica corta recogida sobre ambos brazos con calceus patricius podría ser la efigie de M. Agripa, aunque García y Bellido lo acepta con reservas. Para García Iglesias "los detalles de la escultura corresponden a una época posterior a la de Agripa, lo que nos hace sospechar que, al efectuar algún enriquecimiento urbanístico en la ciudad, se talló una escultura del bienhechor de la colonia y donante del teatro. Incluso hay razones para pensar que el escultor quiso dar una sensación de arcaísmo anacrónico. El tipo de toga así nos lo hace pensar". Sin embargo, Álvarez Martínez piensa que no debe dudarse de la autenticidad del personaje, basándose en una indicación de Trillmich, buen conocedor de la estatuaria del período, para quien se trata de una efigie del patronus coloniae. Y efectivamente hasta 1990 Trillmich identificaba la estatua con el yerno de Augusto, pero ya en 1993 pensó que podría tratarse de Agrippa Menenius Lanatus, cónsul en el 503 a.C., y en 1996, al publicar el elogium Aeneae, piensa que se trata de uno de los reyes míticos de Alba Longa, Agrippa (Livio I.4.9.). Lo cierto es que en la estatua se ha grabado únicamente Agrippa, y no M. Agrippa, como suele denominarse en las inscripciones del teatro. Efectivamente Degrassi registra, junto con el elogium Aeneae pompeyano, cinco basas marmóreas procedentes del foro de Augusto que representan a otros tantos reyes míticos de Alba Longa (A. Degrassi 1937: Inscriptiones Latinae, vol. XIII, fasc. III, Roma, pp. 9-11, números 1 a 5). Por el momento en Mérida únicamente se ha encontrado una estatua con referencia expresa al personaje que representa (ésta de Agripa), nombre de uno de los últimos reyes míticos de la citada Alba Longa. Por su ubicación en el foro, por el conjunto estatuario que acompañaba a esta estatua, y por el referido texto del elogium creemos que, efectivamente, se trata de uno más de los viri illustres que decoraban el foro.
Por otra parte, los caracteres, calificados por Fita de augústeos, no sirven (García Iglesias, ERAE 128) para dar una cronología precisa. García y Bellido (1949, 187) la consideró uno de los flámines del "tiempo de los primeros Emperadores por comparación con uno de los flámines del Ara Pacis". Por los rasgos de la escritura libraria y su pertenencia al mismo programa iconográfico que la inscripción CIIAE 76, hay que datarla en la misma fecha, hacia el 70 d.C.