Margen superior de 12 cm, interlineado de 4,5-5 cm. Margen derecho de 34 cm en línea 1 y de 61 cm en línea 2. Letras bien grabadas, capitales cuadradas monumentales con contraste y rasgos paleográficos de época trajánea (rabo de la G vertical y muy desarrollado,serif en ángulo superior de letra A, con travesaño muy elevado; ligera inclinación de V a la izquierda). Interpunciones con forma triangular e inclinadas. En línea 2 espacio de 20 cm entre la primera D y el punto.

Esta pieza, junto con otros fragmentos de pluteus (CIIAE 55, 67, 68, 69, 70, 71, etc.) fueron recuperadas en las excavaciones del anfiteatro. Formaban parte, reempleadas, de una pavimentación tardoantigua del vomitorio occidental, el más vecino a la cavea teatral. Junto a estas inscripciones y como parte de la misma pavimentación, apareció otra de indudable colocación original en el sacrarium in ima cavea del teatro: uno de los pedestalitos para estatuas metálicas con texto AVG · SACR (Mélida 1919, 35-36; Ventura 2023, 175-176). El propio J. R. Mélida opinaba que desde allí habían sido expoliadas: «En la tierra removida por nuestros obreros se hallaron muchas piedras caídas o desprendidas del monumento y aun mármoles. Pero entre aquéllas y éstos hay algunos que evidentemente no le pertenecieron, sino que fueron llevados, principalmente del teatro, por gentes que los utilizaron como material, para improvisar míseras viviendas. Para pavimento de las acomodadas en los vomitorios emplearon, y hemos hallado y levantado, mármoles, algunos de los cuales, por la parte que estaba oculta, manifiestan inscripciones o trozos de ellas.» (Mélida 1919, 14-15).
El fragmento de la izquierda se conserva en el almacén del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, con nº inv. 8210-4, y el de la derecha en el MNAR (Almacén), nº. inv. 23187, donde los vio J.L.R.S. en 2019.

 Mélida consideró (1925) que el epígrafe es un “nuevo testimonio del culto tributado a Augusto por la colonia que llevó su glorioso nombre”. También García Iglesias estima que lo más probable “es que se trate de una dedicación a Augusto, a pesar de que el material, el mármol, no está de acuerdo con el granito de las tres grandes inscripciones del anfiteatro”. Según Étienne (1958, 307-308) el culto al genius es un culto privado. Pero esta inscripción revela que también existió un culto público, puesto que fue el ordo decurionum el que decretó su erección.
“Hermosos caracteres augústeos”, Mélida (1925). Pero, como advierte García Iglesias, las capitales cuadradas tienen una cronología muy amplia y la inscripción podría ser incluso del s. II d.C. De hecho, el tipo de interpunción es distinto del utilizado en las inscripciones del anfiteatro. Únicamente el hecho de que teatro y anfiteatro se hayan construido en época de Augusto avalaría la erección de estos monumentos bajo su reinado, pero no es un dato concluyente per se.
La paleografía es muy similar a la del sacrarium Larum et Imaginum elevado el año 105. Ciertamente es una capital cuadrada monumental utilizada tanto en el siglo I como en el II. Pero pensamos que esta inscripción puede corresponder al mismo conjunto que el sacrarium al que pertenecen las inscripciones precedentes. Por eso la fechamos en época trajánea. 
Ventura Villanueva (2009) da una nueva lectura y reinterpretación de la inscripción sobre esta placa de balteus o pluteus, que correspondería al locus en prohedria del legatus Augusti, asignado por decreto de los decuriones. Ventura (2023, 177-178) argumenta que una dedicación al G(enio) de Augusto es algo muy improbable atendiendo al soporte de la inscripción y, sobre todo, a la extrañísima abreviación de la divinidad y no de su epíteto; así como a la ordinatio de la línea 2, centrada, que exigiría un par de letras en línea 1 por la izquierda. "La placa del balteus completa mediría 1,94 m y constituiría la reserva y «respaldo» del lugar ocupado por el legatus Augusti pro praetore provinciae Lusitaniae durante los ludi scaenici, otorgado por decreto decurional de acuerdo con lo dispuesto en el cap. 127 de la lex coloniae Genetivae Iuliae. En tanto que representante directo del emperador y máxima autoridad de la ciudad y de la provincia, opinamos que debió de ocupar el lugar más destacado de la prohedria: en su centro, en eje con la valva regia." (Ventura 2023, 177-178).