Destacado
CILAE 1407
CILAE
1407
Trismegistos
243360
Categoría
Inscripciones edilicias, Titulus christianus
Religión
Cristiana
Descripción del monumento
Soporte
Placa (tabula)
Material
Piedra, --Mármol
Estado de conservación
Labra original por los costados; arriba, y especialmente abajo, ha sido relabrada, al parecer para reducir su tamaño.
Decoración
Sin decoración.
Medidas del soporte
Altura del soporte (en cm)
(54)
Anchura del soporte (en cm)
61,5
Grosor del soporte (en cm)
5,5
Observaciones del soporte
Placa de mármol cremoso.
Medidas del campo epigráfico
Altura del campo epigráfico (en cm)
54
Anchura del campo epigráfico (en cm)
53
Observaciones del campo epigráfico
El campo epigráfico se enmarcó con una línea ligeramente incisa, así como la caja de los renglones, separados por dos líneas paralelas de 1,4 cm. Por encima de la línea superior del renglón primero se marcó otra raya a una distancia de 0,9 cm. Las rayas horizontales están repetidas en algunos sitios, como para rectificar las trazadas de primera intención.
Lengua
Latina
Técnica de escritura
Inscripciones incisas sobre piedra, --con cincel (scalprum)
Tipo de letra
Capitales, --cuadradas (capitales quadratae) , visigodas
Altura líneas (en cm)
L.1
3,9 - 4,2
L.2
3,7 - 4,2
L.3
3,8 - 4,1
L.4
3,5 - 4,2
L.5
3,8 - 4,0
L.6
3,6 - 4,3
L.7
3,7 - 4,3
L.8
3,7 - 4,2
L.9
4,2
Tipo de interpunciones
Hedera
Comentario paleográfico
Los renglones primero a quinto y el séptimo están bien alineados a la izquierda, pero el sexto está sangrado y los dos últimos centrados. No hay una sola abreviatura en el epígrafe.
La mayor parte de las letras tiene una altura regular de 4,1-4,2 cm. Son relativamente abundantes las más pequeñas intercaladas o encajadas en las mayores. Estas son siempre aquí las vocales E, I, O y U. La altura de estas letras menores varía de los 1,2 a los 2,4 cm. En l. 2, I (de RIS) más pequeña y V ligeramente más pequeña, de 3,4 cm, la cual tiene el trazo izquierdo cobijado en la T que le precede; en l. 3, las I voladas; en l. 4, primera O y última V embutidas, la última I volada; en l. 5, primera O embutida; en l. 6, V (de CVM) e I embutidas; en l. 7, las dos últimas I y la última E son más pequeñas, y AN en nexo. Interpunción al final de líneas 3 y 5: parece una alargada y esquemática hedera o incluso la reja de un arado.
Las letras están grabadas a biseles, pero obsérvese que unas lo están profundamente con los biseles muy abiertos, mientras otras son más someras con los biseles más cerrados. Aun en una misma letra adviértense estas diferencias. Las A son todas iguales, con el trazo transversal recto y horizontal. Las tres B son iguales, salvo diferencias de proporción, y aparecen formadas con un trazo vertical y dos curvos que se cierran sobre el primero guardando cierta distancia entre sí. Las C acaban en punta aguda o roma. Las D tienen tendencia a fundir en uno solo los trazos segundo y último, como pretendiendo la apariencia lapidaria clásica romana de esta letra, hecha con sólo dos trazos, uno recto y otro curvo uniendo los extremos de aquél. En las M la unión de los trazos centrales llega hasta la línea inferior del renglón, y sólo la unión más o menos próxima o superpuesta de los trazos en lo alto de la letra produce algunas variantes accidentales. Las O son siempre ovaladas, acusando su hechura en dos tiempos y tendiendo el apuntamiento hacia la línea inferior del renglón en algún caso. Las P son todas cerradas. De las seis R cuatro son cerradas, con el tercer trazo saliendo de la curva del segundo a corta distancia del vertical, o de la misma unión del primero con el segundo. En las dos restantes R (en l. 7 y l. 8) el segundo trazo se une al vertical cerrando la curva, o desligado de él y revuelto en su extremo inferior, las deja abiertas, saliendo el tercero del vertical con absoluta independencia del segundo, y quedando entre ellos notable separación, de forma análoga a la de las B. La V está grabada siempre, doce veces, en la forma capital clásica, excepto la V de domum (l. 1), caracterizada porque la unión de los trazos se prolonga horizontalmente hacia la derecha, igual que la forma cursiva epigráfica (Navascués y de Juan 1949).
La mayor parte de las letras tiene una altura regular de 4,1-4,2 cm. Son relativamente abundantes las más pequeñas intercaladas o encajadas en las mayores. Estas son siempre aquí las vocales E, I, O y U. La altura de estas letras menores varía de los 1,2 a los 2,4 cm. En l. 2, I (de RIS) más pequeña y V ligeramente más pequeña, de 3,4 cm, la cual tiene el trazo izquierdo cobijado en la T que le precede; en l. 3, las I voladas; en l. 4, primera O y última V embutidas, la última I volada; en l. 5, primera O embutida; en l. 6, V (de CVM) e I embutidas; en l. 7, las dos últimas I y la última E son más pequeñas, y AN en nexo. Interpunción al final de líneas 3 y 5: parece una alargada y esquemática hedera o incluso la reja de un arado.
Las letras están grabadas a biseles, pero obsérvese que unas lo están profundamente con los biseles muy abiertos, mientras otras son más someras con los biseles más cerrados. Aun en una misma letra adviértense estas diferencias. Las A son todas iguales, con el trazo transversal recto y horizontal. Las tres B son iguales, salvo diferencias de proporción, y aparecen formadas con un trazo vertical y dos curvos que se cierran sobre el primero guardando cierta distancia entre sí. Las C acaban en punta aguda o roma. Las D tienen tendencia a fundir en uno solo los trazos segundo y último, como pretendiendo la apariencia lapidaria clásica romana de esta letra, hecha con sólo dos trazos, uno recto y otro curvo uniendo los extremos de aquél. En las M la unión de los trazos centrales llega hasta la línea inferior del renglón, y sólo la unión más o menos próxima o superpuesta de los trazos en lo alto de la letra produce algunas variantes accidentales. Las O son siempre ovaladas, acusando su hechura en dos tiempos y tendiendo el apuntamiento hacia la línea inferior del renglón en algún caso. Las P son todas cerradas. De las seis R cuatro son cerradas, con el tercer trazo saliendo de la curva del segundo a corta distancia del vertical, o de la misma unión del primero con el segundo. En las dos restantes R (en l. 7 y l. 8) el segundo trazo se une al vertical cerrando la curva, o desligado de él y revuelto en su extremo inferior, las deja abiertas, saliendo el tercero del vertical con absoluta independencia del segundo, y quedando entre ellos notable separación, de forma análoga a la de las B. La V está grabada siempre, doce veces, en la forma capital clásica, excepto la V de domum (l. 1), caracterizada porque la unión de los trazos se prolonga horizontalmente hacia la derecha, igual que la forma cursiva epigráfica (Navascués y de Juan 1949).
Hallazgo
Hispaniarum Provinciae
Lusitania
Conventus
--Emeritensis
Oppidum
Augusta Emerita
Toponimia actual
País
España
Comunidad Autónoma / Distrito
Extremadura
Provincia / Concelho
Badajoz
Localidad
Mérida
Lugar del hallazgo
Calle Forner y Segarra
Coordenada X
38.920089
Coordenada Y
-6.350621
Detalles del hallazgo y movimientos posteriores
Fue hallada casualmente en una excavación de la calle Forner, a espaldas del Calvario. Fue reaprovechada y no apareció, según opina Navascués, en el lugar del edificio para el que fue tallada. Perteneció a D. José Pi y Caner, quien la entregó al Museo antes de 1894.
Lugar de conservación
MNAR
Número de inventario
489
Detalles de la autopsia
J.L.R.S. (1999).
Detalles de la foto
Archivo fotográfico MNAR / M. Á. Otero Ibáñez.
Ver también: HEpOL 24753.
Ver también: HEpOL 24753.
Edición
Texto
- (cruz) hanc domum iu-
- ris tui placata posside
- martir Eulalia •
- ut cognoscens inimicus
- confusus abscedat •
- ut domus hec cum habi-
- tatoribus te propitiante
- florescant
- amen
Traducción
"Mártir Eulalia, quédate, ya aplacada, con esta casa (que es propiedad) tuya por derecho, para que el enemigo (de la fe católica) se aperciba de ello y salga huyendo, cubierto de vergüenza, así que puedan florecer esta casa y sus vecinos bajo tu protección. Amén" (Trillmich 2004).
Bibliografía
Plano y García 1894, 138-140; Fita 1894, 79-80; Fita apud Plano y García 1894, 138; Hübner, IHC 334, con figura del calco remitido por Fita (Diehl, ILCV 1900); Mélida, CMBad 2023; ex IHC et Mélida, Cabrol - Leclerq, DAC 1933, nº 25; Macías Liáñez 1929, 166; Vives, ICERV 348 con foto (inde Velázquez Soriano - Ripoll López 1992, 563-564; Duval 1993, 185, 194-195 y 206; Castillo Maldonado 1999, 188–189); Navascués y de Juan 1948 [2019], 21-49 y 239 [815], nº 55; idem 1949, con foto; Palomar Lapesa 1951, 23-24; Mariner Bigorra 1952, 161-173; idem 1955 (HAE 993); Navascués y de Juan 1953, 59-62; Navarro del Castillo 1975, 306; Jover Zamora 1991, 171; Caballero Zoreda - Mateos Cruz 1992, 20 con foto; Recio Veganzones 1995, 328-329; Ramírez Sádaba - Mateos Cruz, CICMe 3, lám. 2; Jorge 2002, 40; Ramírez Sádaba 2003b, 280, fig. 6; Trillmich 2004 (HEp 13, 2003/04, 173); Ramírez Sádaba 2006, 5; Gil Fernández 2009; Gimeno Pascual 2009 (HEp 18, 2009, 49); Pérez Martínez 2012, 241; Fernández Martínez et al. 2013, 117 y 373; Ramírez Sádaba 2013a, 372; J. del Hoyo Calleja - C. Fernández Martínez - J. Gómez Pallarès apud CLEHispaniae BA 7 (CLEo BA7).
Cf. Navascués y de Juan 1948, 346, 351, 355–356; García Rodríguez 1966, 286; Mateos Cruz 1999, 70; Hoyo Calleja 2006, 5; Rico Camps 2009, 11 y 29.
Concordancias con los corpora principales
IHC 334
ILCV 1900
CMBad 2023
ICERV 348
HAE 993
CICMe 3
HEp 13, 2003/04, 173
HEp 18, 2009, 49
CLEHispaniae BA 7 (CLEo BA7)
AEHTAM 612
ILCV 1900
CMBad 2023
ICERV 348
HAE 993
CICMe 3
HEp 13, 2003/04, 173
HEp 18, 2009, 49
CLEHispaniae BA 7 (CLEo BA7)
AEHTAM 612
Apparatus Criticus
1 Mélida y Hübner omitieron la cruz inicial.
3 Plano omitió la interpunción. Se ha escrito martir por la forma correcta martyr con grafía griega.
4 COGNOSCENST, Macías.
5 Plano omitió la interpunción.
6 Monoptongación de haec en hec (Hübner pensó que hec estaba por hae).
3 Plano omitió la interpunción. Se ha escrito martir por la forma correcta martyr con grafía griega.
4 COGNOSCENST, Macías.
5 Plano omitió la interpunción.
6 Monoptongación de haec en hec (Hübner pensó que hec estaba por hae).
Comentario
Sobre el destino de la placa, Fita pensó en el hospital fundado por Masona c. 572 d. C. (opinión que repitieron los estudiosos posteriores) al que alude Flórez (1748-1775, XIII, 359). Navascués no acepta esta explicación, ni ve relación con los pasajes de Paulo Diácono, ni ve razones que permitan averiguar que es la domus aludida. Vives piensa que estaría en la puerta de la iglesia.
Ciertamente es ésta la única vez que se documenta domus en Hispania con el posible significado de "iglesia" (cf. ICERV, p. 206). Según Grossi Gondi (1968, 315) esta acepción sólo se documenta en Africa y Roma, aunque suele ir acompañada por ciertos determinantes.
En todo caso la expresión domus hec cum habitatoribus te propitiante florescant parece referirse a un edificio "habitado de manera ininterrumpida". Podría ser un cenobio o un hospital, pero difícilmente una iglesia.
"La inscripción tiene además función apotropaica como reza la fórmula inimicus abscedat. Por ciertas expresiones que aparecen en el texto (inimicus, confusus; domum iuris tui; placata) la inscripción aludiría a ciertos sucesos, supuestamente precedentes a la redacción y colocación de la placa en el acto de inauguración, o tal vez de reinauguración de la casa. Aquellos estarían relacionados con los enfrentamientos acaecidos en Mérida entre ciudadanos católicos, mayoritariamente de origen romano, y aquellos de fe arriana, la mayor parte de ellos, godos, durante el pontificado del obispo Masona (571-605 d.C) y los reinados de Leovigildo (567-586 d.C.) y su hijo Recaredo (586-601 d.C.), hechos narrados en las Vitae Santorum Patrum Emeretensium (V 4-6). Dicha interpretación surge, precisamente, de la relación entre la terminología empleada en las Vitae y en esta inscripción: el término inimicus haría referencia a los arrianos que tomaron parte en este conflicto y a sus posibles seguidores; por su parte «confusus» (confundido, turbado) se refiere, por metonimia, a los arrepentidos perdedores del conflicto religioso-político. La domus, calificada como iuris tui, alude a la devolución, ordenada por el nuevo rey Recaredo, de los bienes eclesiásticos que habían sido arrebatados a Masona por los arrianos, con el apoyo de Leovigildo, por orden del nuevo rey Recaredo a Masona, y habría que entender como «propiedad legítima de la Santa». La santa aparece calificada como placata, pues había estado enfadada a causa de la usurpación de su basílica así como por la ocupación de la domus por el bando arriano. La domus cum habitatoribus, dentro de este ambiente eclesiástico, podría ser identificada con una dependencia de su basílica, un seminario o un orfanato, o más seguramente un monasterio (cf. Vitae, V 8,1); de todas formas, tampoco se puede excluir que se trate del famoso xenodochium construido por el propio Masona" (Trillmich 2004). Sin embargo, "el inimicus aquí execrado no son, como señaló Trillmich (2004), los arrianos, sino el diablo y, en consecuencia, la inscripción no hace referencia a la lucha final entre éstos y los católicos, sino que recoge un exorcismo, con las cláusulas y fórmulas apotropaicas que se acostumbra a recitar en este tipo de oraciones. En favor de esta hipótesis se pueden citar algunos paralelos del Liber Ordinum, del Liber sacramentorum y del Oracional visigodo en los que se alude al demonio como inimicus e incluso como inimicus confusus, tal como aparece en el epígrafe" (Gil Fernández 2009).
"La inscripción tiene además función apotropaica como reza la fórmula inimicus abscedat. Por ciertas expresiones que aparecen en el texto (inimicus, confusus; domum iuris tui; placata) la inscripción aludiría a ciertos sucesos, supuestamente precedentes a la redacción y colocación de la placa en el acto de inauguración, o tal vez de reinauguración de la casa. Aquellos estarían relacionados con los enfrentamientos acaecidos en Mérida entre ciudadanos católicos, mayoritariamente de origen romano, y aquellos de fe arriana, la mayor parte de ellos, godos, durante el pontificado del obispo Masona (571-605 d.C) y los reinados de Leovigildo (567-586 d.C.) y su hijo Recaredo (586-601 d.C.), hechos narrados en las Vitae Santorum Patrum Emeretensium (V 4-6). Dicha interpretación surge, precisamente, de la relación entre la terminología empleada en las Vitae y en esta inscripción: el término inimicus haría referencia a los arrianos que tomaron parte en este conflicto y a sus posibles seguidores; por su parte «confusus» (confundido, turbado) se refiere, por metonimia, a los arrepentidos perdedores del conflicto religioso-político. La domus, calificada como iuris tui, alude a la devolución, ordenada por el nuevo rey Recaredo, de los bienes eclesiásticos que habían sido arrebatados a Masona por los arrianos, con el apoyo de Leovigildo, por orden del nuevo rey Recaredo a Masona, y habría que entender como «propiedad legítima de la Santa». La santa aparece calificada como placata, pues había estado enfadada a causa de la usurpación de su basílica así como por la ocupación de la domus por el bando arriano. La domus cum habitatoribus, dentro de este ambiente eclesiástico, podría ser identificada con una dependencia de su basílica, un seminario o un orfanato, o más seguramente un monasterio (cf. Vitae, V 8,1); de todas formas, tampoco se puede excluir que se trate del famoso xenodochium construido por el propio Masona" (Trillmich 2004). Sin embargo, "el inimicus aquí execrado no son, como señaló Trillmich (2004), los arrianos, sino el diablo y, en consecuencia, la inscripción no hace referencia a la lucha final entre éstos y los católicos, sino que recoge un exorcismo, con las cláusulas y fórmulas apotropaicas que se acostumbra a recitar en este tipo de oraciones. En favor de esta hipótesis se pueden citar algunos paralelos del Liber Ordinum, del Liber sacramentorum y del Oracional visigodo en los que se alude al demonio como inimicus e incluso como inimicus confusus, tal como aparece en el epígrafe" (Gil Fernández 2009).
Carmen en versos rítmicos, adaptación acentual del hexámetro dactílico, con número variable de acentos: 7 en el primero, 6 en el segundo; 6 ó 7 en el tercero, pues podría haber sinalefa o hiato. La disposición del texto sigue la estructura de una plegaria litúrgica, dirigida a la mártir Eulalia, patrona de Mérida: invocación (ll. 1-3), petición (ll. 4-8) y asentimiento final (CLEHispaniae BA 7):
Hanc domum iuris tui placata posside, martir Eulalia,
Hanc domum iuris tui placata posside, martir Eulalia,
ut cognoscens inimicus confusus abscedat,
ut domus hec cum habitatoribus, te propitiante florescant
ut domus hec cum habitatoribus, te propitiante florescant
Mariner piensa que abscedat y florescant excluyen el verso yámbico y trocaico. Piensa que son tres versos rítmicos, marcados con interpunciones, que terminan en cláusula hexamétrica acentuativa, y Amen queda fuera del verso. Para Ramírez Sádaba (2003) también podrían ser tres hexámetros en ritmo acentuativo, ya frecuentes desde el siglo V.
Es de notar "el verbo final, florescant, en concordancia ad sensum (la casa y sus habitantes). Destaca la repetición hanc domum / domus h(a)ec, en quiasmo, con el deíctico al inicio y casi al final del carmen. Se utilizan palabras y sintagmas poco habituales en poesía epigráfica: habitatoribus (documentada por vez primera en poesía), abscedat, inimicus (aquí el enemigo por antonomasia, el diablo) te propitiante, iuris tui" (CLEHispaniae BA 7).
Fita pensó que se podía fechar en el s. VI d. C. (quizá influído por la fecha del hospital de Masona) y así lo repitieron Hübner y Mélida, sin añadir crítica propia. Navascués (1949), por razones de tipo paleográfico, por la diferencia de abertura de los biseles, y por comparación con el epígrafe de San Juan de Baños (de 661), piensa que debe datarse entre la quinta década y principios de la séptima del s. VII d. C. Entre 648 y 662 d. C. Ciertamente la fórmula Amen parece difundirse en Hispania a partir del siglo VII (cf. ICERV 183, 263 Y 317), pero quizá se utilizó ya el año 516 d.C. (ICERV 322).
Para Trillmich, se dataría en el lapso de tiempo transcurrido entre la vuelta del obispo Masona a su ciudad (muy probable en el año 586 d.C., cuando muere Leovigildo) y la derrota definitiva del arrianismo por la conversión de Recaredo al catolicismo en el III Concilio de Toledo (589 d.C.).
Según Gimeno Pascual, por la ordinatio, la letra y el tipo de hederae, es preferible dar la razón a Hübner y Fita –y más recientemente a Trillmich– y considerarla del siglo VI d.C.
Fita pensó que se podía fechar en el s. VI d. C. (quizá influído por la fecha del hospital de Masona) y así lo repitieron Hübner y Mélida, sin añadir crítica propia. Navascués (1949), por razones de tipo paleográfico, por la diferencia de abertura de los biseles, y por comparación con el epígrafe de San Juan de Baños (de 661), piensa que debe datarse entre la quinta década y principios de la séptima del s. VII d. C. Entre 648 y 662 d. C. Ciertamente la fórmula Amen parece difundirse en Hispania a partir del siglo VII (cf. ICERV 183, 263 Y 317), pero quizá se utilizó ya el año 516 d.C. (ICERV 322).
Para Trillmich, se dataría en el lapso de tiempo transcurrido entre la vuelta del obispo Masona a su ciudad (muy probable en el año 586 d.C., cuando muere Leovigildo) y la derrota definitiva del arrianismo por la conversión de Recaredo al catolicismo en el III Concilio de Toledo (589 d.C.).
Según Gimeno Pascual, por la ordinatio, la letra y el tipo de hederae, es preferible dar la razón a Hübner y Fita –y más recientemente a Trillmich– y considerarla del siglo VI d.C.
Versus
Sí, --hexametricus
Personas mencionadas
Cronología
Fecha aproximada
s. VI = 501/600, s. VII = 601/700
Fecha de redacción
24-11-2020
Autoría de la ficha
J.L.R.S., L.A.H.M., M.L.P.G.
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