trib(unicia) • potest(ate) • I[II]
Cf. Boatwright 2014, 258-59.
ERAE 44c
CIIAE 4
2 TRIB.POTEST.TERT., Richmond.
Fue Mélida el que dio la segunda noticia (Fita - Mélida 1911, 188; Mélida Alinari 1915, 24), pero tampoco hizo restitución alguna. Se limitó a decir: "Aún se repetía este epígrafe en letras de bronce, como queda dicho, sobre los áticos de las portadas laterales, según lo dejan entrever los agujeros en que aquellas estaban enclavadas, bien que sólo es fácil reconstruir el comienzo del texto en la portada del lado izquierdo" (= la portada oriental).
Fita (1894, 101) pensó que la inscripción que "presuntamente obraba en poder de D. José Cervantes" se había extraído de este mismo dintel, "cuyo hueco" aún pudo ver y que se aprecia claramente en la foto de Mélida (Fita - Mélida 1911, 189). Esta conjetura era totalmente infundada, como quedó constatado cuando Mélida encontró, años después los dos dinteles. Pero incluso se puede comprobar que la inscripción que vio Juan Fernández en casa de D. José Cervantes estaba completa, mientras que el dintel de la puerta exterior oriental ha perdido la parte derecha de la inscripción. Lamentablemente Fita erró en esta ocasión.
Richmond consideró que los puntos superfluos son fruto de una reparación que se hizo antes y reorganización que se hizo en el s. II d.C. En esta reparación se sustituyeron los números por palabras. Después, con motivo de la restauración del s. II d.C. estas inscripciones quedaron cubiertas por el estucado y, en su lugar, seguramente, se grabaron las de ambos párodoi. Debemos decir al respecto que el dintel, el texto conservado y la ordinatio no justifican la restitución de Richmond sino la de Stefano Manzella, que es la que asumimos en el exemplum, y la posible colocación de los párodoi en el s. II d.C. no deja de ser una hipótesis inverificacble, máxime si se tiene en cuenta que el material del soporte es granito, es decir, el material usado por Agripa para la construcción del teatro.
La tercera tribunicia potestad fecha la inscripción entre 1 de julio de 16 a. C. y 30 de junio de 15 a. C.
A los pies de la versura oriental encontró J. R. Mélida a principios del siglo XX seis trazos de letras doradas en su cara frontal (Stylow - Ventura Villanueva 2013, L-37), que se estudian en CILAE 1608 (Ramírez Sádaba 2003e, 36) y que, como explicamos ahí, encajan en los agujeros de este sillar.