"Estamos convencidos de que el sillar que hemos encontrado es el mismo que vieron Bayer y Monsalud, a pesar de la discrepancia en cuanto a medidas. El sillar tiene la misma medida de alto y ancho que dio Monsalud (la diferencia entre 77 y 80 se debe sin duda a que ha perdido un esquinazo, porque la V no se ve completa). Más problemática resulta la medida de las letras. Sin embargo, ignoramos qué medida utilizó Pérez Bayer, porque el "pie castellano" mide 27,8 cm. y es una medida que ni conviene con lo que midió Monsalud ni con lo que medimos nosotros. Si tenemos en cuenta que en
CIL II 478k también se da la medida de "un pie" y se corresponde a 22 cm., sólo quedaría la discrepancia de Monsalud, que no podemos explicar salvo que sea un error tipográfico. Todo lo demás (tipo de pieza, lugar de hallazgo y figura) es coincidente. Es de grano fino, pero la cara grabada está bastante pulida y por eso parece caliza. Eso fue, seguramente, lo que produjo el error de Monsalud." (Ramírez Sádaba 2003e, 80).
Hübner (CIL II 478) reunió este fragmento con los de los números CILAE 1616, 1618, 1653, 1660, 1661, 1662, 1663, 1664, 1665 y 1666, y recompuso una única inscripción, que habría sido grabada en el año 135 d. C. a propósito de una restauración del teatro de Augusta Emerita por parte de Adriano, tras un incendio que había destruido parte del edificio, y que motivó la celebración de ludi teatrales y circenses en conmemoración de dicha restauración.
Como explicaron García Iglesias (1973a, 175; 1975) y Ramírez Sádaba (2003e, 83-90) tal restitución no es posible porque hay inscripciones de diferentes materiales: mármol, granito, caliza, y algunos dudosos. En cualquier caso, el granito y el carácter monumental del epígrafe corresponderian a la primera época del monumento, cuando este tipo de conmemoraciones se hacían en granito.
Quizá pudo pertenecer a la misma inscripción que CIIAE 42 = CILAE1616, indicando alguna "restauración" del proscenio, pero no es posible saberlo.