Por lo conservado se puede inferir que el texto está simétricamente paginado y ordenado: en la primera línea estaría el nombre completo, en la segunda, seguramente la edad y la fórmula de deposicón, y en la tercera los destinatarios que podrían ocupar el monumento. Pensamos que en línea 2 pudo estar la edad, porque casi toda la fórmula de deposición está grabada bajo el cognomen, por lo que hubo algo antes que pudo ser la edad.
Letras capitales cuadradas de buena factura, con pies y sombreado bien marcados. La T es sobreelevada y la Q tiene una larga cola, típica de la época flavia.

Apareció en un área funeraria de la zona norte de la ciudad y fue comprada por el Museo a D. Mariano Justo Sánchez en agosto de 1974.

Gamo - Gracia - Murciano observan que son varios los nomina que terminan -NNIVS (Annius, Attennius, Herennius, Fannius), inclinándose por alguno de los dos primeros  porque se documentan en la epigrafía emeritense. No es razón suficiente para excluir los demás (también existe Erennius; cf. Navarro Caballero - Ramírez Sádaba 2003). Lo mismo cabe decir sobre el cognomen, posible Secundus, porque existen en Mérida Seranus, Serenus, Severianus o Severus. Podría pensarse en Secundus porque la fractura tiene una forma curva, que podría haberse producido por el bisel de una C, pero en el fragmento conservado no queda resto del bisel suficientemente explícito.
Por el tipo de factura (placa grande), tipo de moldura, medidas de las letras y tipo de Q, Gamo - Gracia - Murciano analizan la analogía con otra hallada en otra área funeraria emeritense (CILAE 577) y sugieren que pueden proceder de un mismo taller. Es bastante posible. 
En la última línea sugieren [sibi·sui]s·posterisq[ue], texto casi seguro por la posición de posterisq. No obstante no parece que se haya escrito posterisque completo, porque tras la Q podría verse algún pie de la V.
El tipo de monumento funerario y la letra empleada hacen proponer a los editores una datación del epígrafe en época flavia.