- D(is) • M(anibus) • s(acrum)
- Maria[e]
- Sicae
- ann(orum) • XXXX •
- p(ia) • in • s(uis) • h(ic) • s(ita) • e(st) • s(it) • t(ibi) • t(erra) • l(euis) •
2 Se conserva el bisel de la segunda A en la fractura.
La difunta porta el gentilicium Maria (Solin - Salomies 1994, 113; Abascal Palazón 1994, 182, con 24 testimonios en femenino; atestiguado en la región iliria, Galia, Germania, etc.) en la segunda línea. Los Marii son de sobra conocidos en la colonia (Navarro Caballero - Ramírez Sádaba 2003, 230, s.v.), como podemos también leer en epitafio de la emeritensis Maria Gemina (CIL II 507) (cf. Hidalgo Martín - Sánchez Hidalgo 2012, 58). El nombre Marius es usado no sólo como nomen gentile, sino también como cognomen (Kajanto 1965, 162; Schulze 1904, 313; es independiente del *maros, ‘grande’, palabra muy frecuente en la antroponimia gala, sobre todo en compuestos).
Por su parte, el cognomen Sica sería la primera vez que se documenta en Mérida. Aparece de manera testimonial en Alter Pedroso, Alter do Chao, Portugal (CIL II 169 = EE IX p. 19 = Encarnação, IRCP 631, Sicae Maelonis f.) (Navarro Caballero - Ramírez Sádaba 2003, 303), Segovia (CIL II 2737 + Knapp, LICS 238, Sice) y Botorrita (BB III, II-47, sikeia). También encontramos en Venusia, Potenza, Italia, Iuniae Sicae (AE 2009, 241). Palomar Lapesa (1957, 98) incluyó este nombre como indígena y Albertos Firmat (1966, 201 y 206) ve una nueva representación del indoeuropeo *segh- ‘vencer’, *seghos ‘victoria’. El vocalismo -i- del radical es frecuente en germánico (Pokorny, IEW 888). Añadieron otros nombres, aparentemente emparentados por su parecido formal. Sin embargo, Vallejo Ruiz (2005b, 400) anota que los demás nombres no son indígenas: CIL VI registra en Roma doce ejemplos de Sice/Sige, cinco de Sigerus, Sicca, y como gentilicio Siccius y Siccinus (Schulze 1904, 371) (cognomina para Kajanto 1965, 342; Solin - Salomies 1994, 403; y Abascal Palazón 1994, 511): “Con estos datos y la distribución de los antropónimos hispanos (por zonas no estrictamente indígenas) quedan básicamente explicados todos los ejemplos. Sin embargo, tanto el Sica lusitano como el sikeia celtibérico podrían ser indígenas; la fórmula de Alter Predroso corresponde a una filiación indígena, aunque si es verdad que no se trata de gr. Sice, su condición de hápax lo dejaría aislado” (Vallejo Ruiz 2005b, 400). El nombre celtibérico sikeia no se corresponde con Sica: podría considerarse que están formados a partir de la misma base, pero con diferente sufijación.
El ejemplo emeritense de Maria Sica es el único donde Sica aparece en combinación con un nomen gentile en una formulación onomástica bastante romana. Se trata de un indígena integrado: parece ingenua, es decir, nacida libre y no en un estado de esclavitud.
Puede datarse en el siglo II d.C., tanto por la consagración a los Manes, por el formulario como por la paleografía, propios de dicho siglo.