El texto conservado se paginó dejando un buen margen izquierdo y con una correcta alineación izquierda de sus renglones. Las letras son capitales cuadradas, y algunas de rasgos librarios (E, F, T). Las P son abiertas. Los puntos son triangulares, salvo el que sigue al numeral de la edad, que tiene forma de hoja de hiedra.

Apareció en la segunda campaña de excavaciones en la Casa del Mitreo, cuya memoria no llegó a ser publicada por el excavador E. García Sandoval. Ingresó en el Museo en febrero de 1972.

En la parte perdida de la inscripción, las primeras líneas de la misma, previsiblemente estarían al menos el nombre del difunto (o difunta) seguido de la fórmula corriente para indicar la edad de defunción annorum, seguramente en su forma abreviada ANN. o AN. Asimismo la invocación a los Dii Manes encabezando el texto, normalmente en su forma abreviada D.M.S., que bien podría haberse grabado en la primera línea del neto o bien en el coronamiento.
En l. 2 señalamos el orden anormal o hipérbaton de la repetida fórmula desiderativa en los epitafios sit tibi/vobis terra levis, que aquí se ha escrito como tibi sit terra levis. En la epigrafía emeritense es un hápax.
En la última línea sólo plantea cierta duda la abreviatura P. que concertando con FIL. podría desarrollarse como el adjetivo de afecto habitual en los epitafios emeritenses p(io/-ae), o bien p(iissimo/-ae) o p(ientissimo/-ae) en sus formas superlativas.
El nombre único de la madre, Apollonia, es un cognomen griego portado frecuentemente por esclavas y libertas (Solin 1996, 2.268). En Mérida sólo se había documentado este nombre, en su forma masculina, en otras dos inscripciones funerarias: CILAE 667 Y 676. Llama la atención la elevada edad que debía tener Apollonia, la dedicante del ara, ya que su descendiente falleció a la también avanzada edad de 78 años. Así pues estaríamos ante una madre nonagenaria o tal vez ya centenaria. Constituiría el caso del individuo más longevo documentado hasta hoy en una inscripción de época romana de la colonia, en su núcleo urbano, exceptuando el varón de 90 años conmemorado en un altar funerario (CILAE 230).
Fecha: siglo II d. C., seguramente de la primera mitad por la forma de las letras y el formulario.