3 Cruz es probable marca del cincel que, como en el caso anterior, ha quedado en la fractura: es asta oblicua derecha ascendente, probablemente de V. Se habría grabado sobreelevada, con la misma altura que la I. No lo indicaron los editores anteriores.
En l. 2, si tomamos el eje de [Aug]ustali como eje de la ordinatio, solo podríamos restituir una letra delante de ADO, lo máximo dos. Esto reduce las posibilidades del cognomen a Fadus, Cladus y Cadus. Fadus no parece apropiado por su escaso uso y su casi absoluta concentración en Roma. Cladus y Cadus serían más adecuados para un augustal, habida cuenta de la extracción social de la que se suelen nutrir los augustales, generalmente libertos que suelen portar nombres griegos, aunque podría tratarse de algún indígena esclavizado que después hubiera adquirido la libertad.
En la última línea la M está perfectamente centrada, de manera que hay que restituir otra letra delante. La M podría ser la inicial de monumentum, memoria o merenti. Nuestra ignorancia sobre el contexto arqueológico de la placa nos aconseja partir de abreviaturas frecuentes en la epigrafía latina. Debemos prescindir de monumentum, porque no se le puede asociar otra letra apropiada. Por el contrario, son usuales B.M., tanto con el sentido de [b(ene)] m(erenti) o de [b(onae)] m(emoriae), o incluso [i(n)] m(emoriam). La fórmula primera se documenta en Mérida, siempre en monumentos funerarios, 22 veces con la expresión completa y 5 con la forma abreviada (B.M.: en CIL II 555; EE VIII 43; ERAE 404; NEFAE 96; HEp 2013, 21); aunque ciertamente esta misma expresión abreviada también funciona en monumentos honoríficos (p.e., en Corinto (AE 1927, 1) y en Bostra, Arabia (AE 2000, 1530). También se podría pensar en la abreviatura [o(b)] m(erita), poco frecuente, aunque con nueve casos en Lusitania, uno de ellos en Mérida (AE 1952, 116).
Estaríamos ante otro augustal que debemos añadir a los doce ya conocidos y recientemente reunidos por Ramírez Sádaba (2019 [2020], 202), confirmando la importancia del culto imperial en Augusta Emerita a partir del siglo I d. C. La ausencia de fórmulas y términos estrictamente funerarios podría indicar que se trata de un monumento honorífico, pero la fórmula b(ene) m(erenti), empleada siempre en epitafios, permite afirmar que se trata de una placa funeraria probablemente colocada en un mausoleo, por lo que bastaba con grabar el nombre y el cargo.
Las letras son capitales cuadradas, pero no de época augústea como propusieron implícitamente sus primeros editores. El sombreado y el módulo más estrecho de las letras A y M permiten proponer el reinado de Claudio, como fecha ante quem non.