No puede afirmarse que sea una inscripción funeraria. Monsalud (a quien siguieron Mélida y Mallon - Marín) pensó que podría ser un pedestal consagrado a Domicia Longina, esposa de Domiciano, de manera análoga al que procede de Medellín (CIL II 610), hipótesis que ha retomado recientemente Gordillo Salguero (2018), interpretando que se le habría aplicado la damnatio memoriae (pp. 135-137). García Iglesias, considerando esta hipótesis indemostrable, adujo otra posibilidad: podría ser una flamínica, como Domicia Proculina, flamínica de la provincia y de su propio municipio, Caesarobriga (CIL II 895). Cualquiera de las dos hipótesis es inverificable, pero es evidente que no es un pedestal, sino una placa, cuyo grosor oscila entre 3 y 5,5 cm. Gordillo Salguero aprecia restos de damnatio memoriae en la línea 2, pero lo que se ve es una línea incisa que podrìa ser la "marca" para practicar  el necesario repiqueteado. Sin embargo el pequeño resto conservado de la posible línea 2 tampoco presenta los típicos golpes del repiqueteado, de manera que el propio Gordillo Salguero concluye: "Así pues, y admitiendo siempre el carácter hipotético de nuestra propuesta, cabría destacar el valor histórico de la presente inscripción". Por eso hemos preferido mantener el exemplum con lo que realmente se ve.

La factura de la inscripción es de buena calidad y las letras pueden corresponder a un monumento honorífico, por lo que lo más prudente, por el momento, es catalogar la inscripción como incierta.