Existen dos agujeros circulares de un diámetro de 4,5 cm, uno en cada costado del bloque en sendos puntos a 30 cm de la cabecera fracturada de la pieza. Éstos resultan probablemente de la reutilización posterior del bloque.
Su dorso está sólo desbastado, lo que sugiere que esta parte de la pieza no estaba visible en su ubicación original.
Las letras son capitales cuadradas con influencias patentes de la escritura “libraria”, con la típica curvatura de las colas de las R en las líneas 2 y 3 y de las barras superiores de las E y T en la última línea. Todas las letras están profundamente grabadas, aunque tienen un ductus algo irregular, sobre todo a partir de la tercera línea, con una separación entre las letras (como en las líneas 3 y 4) y una desproporción de tamaño (en la línea 5) carentes de previsión. Hay nexos de ET en VETER(anus) en la línea 3 y de XV en el numeral LXV en la línea 5. Se marcó una barra horizontal sobre el numeral X en la línea 4, para indicar, correctamente, su carácter de ordinal.
Faltan totalmente interpunciones en las líneas 2 y 5 y aparecen de forma bastante irregular en la última línea, aunque el estado dañado de la superficie de la piedra en el centro de esta línea nos impide decir con seguridad si hay interpunción entre la S y la E de la fórmula H.S.E. y entre la S y la primera T de la fórmula S.T.T.L.
El mismo solar fue objeto de intervención arqueológica en el año 2001, en la que se documentaron restos de un horno romano datado en el s. I d.C., dos inhumaciones con depósito (siglos II-III), restos de una posible domus tardorromana, un vertedero tardoantiguo (siglos V-VI) y, por último, estructuras de una casa contemporánea (siglo XX). Después, en 2002, en el transcurso del seguimiento arqueológico de la obra, cuando se procedió a recortar las medianeras de la casa contemporánea, se registró la presencia de este gran bloque de granito embutido en uno de los muros. Fue trasladado entonces al Almacén de Materiales Arqueológicos del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, donde estuvo depositado con nº de inventario 2400-0-1 hasta 2014.
Vista lateral (costado izquierdo): L.A.H.M. (2007), Depto. Documentación del CCMM.
Dibujos (posibilidades de reconstrucción): J.C.E. (2007).
HEp 16, 2007, 13
AE 2013, 60
Los nomina latinos que terminan en -ENVS son bastante raros en el Imperio y en la Lusitania son rarísimos, donde solamente están documentados Blaesidienus/-a (EE IX 18, Arronches; CIL II 5213, Elvas), Blaesienus (AE 1987, 487, Medellín), Crustenus (CIL II 941, Villar del Pedroso, Cáceres; AE 1977, 394, Turgalium) y Iustulenus (CILAE 572, Mérida). Todos ellos están documentados grosso modo en los alrededores de Emerita. Algunos han sido bautizados por M. Navarro Caballero (2000, 282-285) como “fósiles onomásticos”; es decir, una serie reducida de nombres muy típicos de la Italia central que no llegaron a cuajar en las provincias del imperio romano. Donde aparece en un contexto provincial, puede indicar verosímilmente el asentamiento de una familia de inmigrantes que se desplazó en algún momento del pasado, normalmente en época tardorrepublicana o augustea. Así pues el difunto podía ser descendiente de unos de los primeros veteranos asentados en la colonia en el momento de su fundación en 25 a.C.