La inscripción se desarrolló en una línea única por una sola cara, con letras bien grabadas y de remates pronunciados, que tienen rasgos de la escritura libraria (como el trazo horizontal curvado de la L).

Descubierta en la segunda campaña de excavaciones en la Casa del Mitreo, cuya memoria no llegó a ser publicada por su director E. García Sandoval. Desconocemos los detalles de su hallazgo y de si se encontraba asociada a contexto arqueológico o no. Ingresó en el Museo de Mérida en febrero de 1972.

Puede que lo conservado corresponda a un nombre personal como Aefulanus/-a, Annula, Cracula, Fuscula, Graecula, Paula, Primula, Procula, Rutula, Vitula, etc., documentados todos ellos en la epigrafía emeritense, o a cualquier otro que contenga la secuencia -ula- o -ula; con el que se estaría identificando al difunto, o a uno de los difuntos, enterrado en el interior del más que probable edificio funerario al que pertenecería el dintel. La decoración representada en su cara inferior, que recuerda a las hojas de laurel de las coronas sepulcrales esculpidas en algunos monumentos funerarios emeritenses (aras, edículas con retratos, etc.), nos lleva a pensar que podría pertenecer a un mausoleo.
Fecha: siglo II d.C., por el tipo de letra y la decoración.