Queda por dilucidar si el árula estaba consagrada al dios Fontano o a la diosa Fontana, o a ámbos. Descartamos el también posible destino funerario del monumento, teniendo en cuenta que Fontanus se usa como cognomen en la onomástica de algunos individuos (cf. Kajanto 1965, 81 y 308), debido a la ausencia de la habitual fórmula D.M.S. de encabezamiento de las inscripciones funerarias. En la primera línea que se conserva sólo en parte podemos aventurar con relativa certeza que FONTANAE sería lo que se hubo grabado con mayor probabilidad. Aunque sin descartar del todo la otra opción, FONTANO, encontramos más razones de peso para la deidad femenina. Sólo hay que observar cómo el eje vertical de la pieza discurre entre la T y la A, por lo que ocho letras ocuparían toda la línea (Fontano tiene siete y esperaríamos por tanto un pequeño margen a la derecha en blanco). Además conviene recurrir al paralelismo que nos ofrece la mencionada ara dedicada a Fontes (CIVAE 31; CILAE 1533) que, con medidas muy similares a nuestra ara en cuanto a soporte y letrero, tiene inscrita en su primera línea también un término de ocho letras: Fontibus.
Fecha: siglo II d. C., por el uso extendido del ara de mármol en Mérida en estas fechas y por los rasgos paleográficos.