En la denominación de la esposa mencionada en primer lugar hay una inversión del orden entre su nomen gentile y su cognomen. Así más correctamente se identificaría como Coelia Fausta. En mitad de la línea 2 se da uno de los tres lapsus detectados en la ejecución del texto: en la piedra se lee sin duda SII en lugar de SIT para decir sit(a), por lo que el lapicida omitió la incisión de la barra horizontal superior de la T quizás confundido por el uso de II para representar la letra E en otras partes del texto. El marido, C. Nonius Batullus, nos proporciona uno de los dos únicos ejemplos del uso del gentilicio Nonius en Lusitania; el otro también se encuentra en Mérida (Q. Nonius Pri(mus?), soldado de la Legio VII Gemina, Hidalgo Martín - Sastre de Diego 2015). El cognomen griego Batullus aparece con distintas ortografías en otras inscripciones: Batyllus y – en su forma más usual – Bathyllus. Portan este cognomen varios pantomimi muy célebres de Roma (PIR2 B 91). Casualmente, conocemos otro C. Nonius Bathyllus en Hispellum, Umbria (CIL XI 5326) y un T. Nonius T.l. Batull(us) en Roma (CIL VI 23013). Con respecto a la onomástica de la persona mencionada en tercer lugar, en la piedra se puede leer sin problema Atlia Specia. Así Atlius/a existe como nomen gentile, pero por su rareza es preferible la lectura At<i>lia, con la omisión por error de la primera I del gentilicio Atilia, nombre bien documentado por todo el mundo romano. Para el supuesto cognomen Specia no hay ningún paralelo de su uso como cognomen, por lo que habría que leer Specla, proponiendo otro error del lapicida omitiendo grabar la barra horizontal inferior de una L y dejando en la piedra una I en lugar de L; de la misma manera que cayó en el error de la línea 2 comentado. Specla debería ser una forma sincopada del bien conocido cognomen Specula.
El elemento más llamativo del epitafio es que C. Nonius Batullus enfatizó que los restos de las dos mujeres que se depositaron junto con los suyos dentro del columbario eran los de sus dos esposas: meas uxores (con sintaxis extraña, utilizando acusativo en lugar de nominativo). Con esta frase se cierra el epitafio y su mensaje final se destaca por el hecho de que ocupa una línea entera y es grabada en letras de mayor tamaño y más espaciadas que todas las anteriores del epígrafe. Sin considerar la posibilidad de un caso de bigamia, debieron ser las esposas sucesivas que tuvo Batullus, proporcionándonos más información sobre las costumbres matrimoniales y, sobre todo, las segundas nupcias en la colonia emeritense.
Fecha: primera mitad del siglo I d.C., por la forma de las letras (sobre todo E = II) y la simplicidad de los formularios funerarios – hic sit(us/a) – plenamente desarrollados con escasas abreviaciones.