Breve epitafio grabado en la parte central de la placa, en la misma columna que el texto CILAE 572 (= NEFAE 47 D), debajo de un vacío de 16 cm. Entre estas dos líneas y el formulario funerario, que se refiere a todos los epígrafes de esta columna, se encuentra otro vacat de 13,5 cm. El texto se inscribió en letras muy parecidas a las del texto de arriba mencionado, es decir, capitales cuadradas alargadas con rasgos de la escritura libraria de pies bien marcados. La fórmula final h.s.s. se inscribe 2 cm por encima de la moldura inferior. Interpunciones: en forma de coma (línea 1), triangular con remate inferior alargado (línea 2), triangular (linea 3).

Contexto arqueológico de aparición: formando parte de una sepultura, la “Tumba H”, en la intervención arqueológica "Necrópolis del Albarregas" (nº registro 42 del Consorcio), desarrollada durante 1987. La gran concentración de inscripciones sepulcrales halladas se puede contextualizar dentro del área funeraria que discurriría paralela a la via ab Emerita Caesaraugustam, en uso durante los siglos I-II, para quedar arruinada en torno a los siglos III-IV, reutilizando los materiales anteriores. Ninguno de los epígrafes apareció in situ, puesto que habían sido aprovechados, en la propia época romana, para formar parte de la decoración interior de otras tumbas. Pertenece a la colección epigráca del Consorcio (nº de inventario 42-00-26). Se encuentra desde 2012 en la exposición permanente del M.N.A.R. (Planta Primera, Sala VI).

 

J.L.R.S. (1993), J.C.E. (2016).

J.M. Romero (2007). CCMM.

Aunque no es explícita la conexión entre los dos individuos conmemorados, la diferencia entre sus gentilicios lleva a considerarlos una pareja conyugal. En las provincias hispanas, los Peticii se encuentran por el momento solamente en Lusitania: en Olisipo,  Pax  Iulia y aquí por primera vez en Emerita. Podría considerarse un nuevo ejemplo de “fósil onomástico”, de la misma manera que Iustulenus documentado en el texto superior de la misma columna (CILAE 572). Felix es el cognomen más frecuente entre esclavos y libertos del mundo romano. La nomenclatura de Iulia Apana tiene bastante interés por su cognomen indígena, bien documentado por distintos lugares de Lusitania, en especial al norte de Tajo. Se trataría posiblemente de una indígena integrada dentro de la población de la colonia emeritense como incola o, al menos, una descendiente de una familia que mantenía parte de su identidad indígena por la elección de este cognomen.