Gracias al M.R.M. ha sido posible ofrecer una propuesta de lectura, a pesar del fuerte desgaste sufrido en la piedra. En la línea 2 sorprende la expresión al final de un
nomen gentile como Aelio, dado que restaría mucho espacio delante para indicar sólo un
praenomen. La E de AELIO se encuentra debajo de la S de la dedicación a los Dioses Manes de la primera línea, por lo que se explicaría mejor aquí su uso como cognomen; algo extraño pero no del todo inédito. Por otra parte, no podemos descartar la posibilidad de otro cognomen como
[M]aelio o quizás
[C]aelio. Con bastante rareza,
Aelio y
Caelio se encuentran en caso nominativo como
cognomina o nombres únicos. Finalmente, no hay que rechazar que este cognomen podría continuar en la línea 3, lo que permitiría su restitución como
Aelio/[dorus], forma sin aspiración y con diptongación de la primera vocal de
Heliodorus.
Las líneas 4-5 deberían incluir el nombre del dedicante como sujeto de la fórmula habitual de f(aciendum) c(uravit). En línea 6 se podría estar indicando la origo de una persona con un gentilicio incierto en nominativo (tal vez [Ux]a[m]ensis, [Hisp]a[l]ensis, [Segis]a[m]ensis…, que encajan más o menos con la parte que se logra leer), pero sorprende su ordinatio tan alejada de la mención de la persona a la que se refiere. Quizás las dos últimas líneas del texto podrían haber sido grabadas en una segunda fase, para conmemorar a otro difunto; aunque no haya mucho espacio en la penúltima línea para incorporar el nombre de este supuesto personaje antes de su origo terminada en -ensis.
Fecha: siglo II d.C., por el formulario y la forma de las letras.