Se tiene noticia de este epígrafe por un informe sobre dos inscripciones en una colección particular, expedido por la Junta de Extremadura, que se conserva en el MAP de Badajoz. Al no haber podido ver la pieza, J.L.R.S. transcribe literalmente el informe.
La lápida es interesante por cuanto son escasas las inscripciones griegas en la Península Ibérica. Parece existir un núcleo en torno a
Emerita Augusta (ver Vives,
Inscripciones Cristianas de la España Romana y Visigoda, nºs 413, 418, 420, 424, 425, 426 y 524) que abarca desde Trujillo hasta Mértola, pasando por Mérida y Solana de los Barros.
La inscripción es indudablemente métrica. La relación entre lengua y métrica de la parte conservada hace pensar que la piedra era más grande por su lado derecho, aunque es dudoso si había alguna línea más en la parte superior. Con la parte conservada y algunos pequeños suplementos a modo de ejemplo, que encajarían métricamente en lo que suponemos que es la parte perdida, pueden restituirse dos hexámetros dactílicos, cuya segunda parte aparece en las líneas impares sangradas. Además de estar escrito en verso, el epitafio tiene elementos poéticos como el jonismo πάτρη (ático y koiné πάτρα)o el propio de la lengua poética común οὔνομα (= ático y koiné ὄνομα) (Hoz García-Bellido).
Debe fecharse en algún momento de los siglos II-III d.C. a juzgar por la paleografía y el contenido
(Hoz García-Bellido).