Un estudio minucioso ha permitido poner en evidencia su caracter palimpsesto. En efecto, los trazos más o menos nítidos de letras son aún visibles: las marcas destinadas a preparar una nueva inscripción no pudieron hacer desaparecer totalmente el grabado anterior. Los relieves y calcos prácticados (ver dibujo) permiten afirmar la doble utilización y además avanzar una hipótesis muy parcial de restitución de la inscripción anterior, sin descartar completamente la posibiidad de una tercera inscripción en la que los trazos no son totalmente interpretables.

Inscripción I: espacio interlineal: 1 - 3 cm; 1,5 - 3 cm; 1,5 - 4 cm; 1,5 - 2,5 cm; 3,5 - 4,5 cm. El grabado está bien marcado (7 - 8 cm en superficie), con un surco neto (5 mm de fondo). Los fallos de alineación son debidos a las marcas anteriores, profundas, que el lapicida no pudo eliminar por completo.

Posible tercera inscripción: por los restos de una posible C (de 3 cm) entre las ll. 2-3 de Inscr. I y, sobre todo, formas de dos O (de 2,5 cm), una debajo de la lín. 4 de Inscr. I y otra entre la N y la A de NATO de Inscr. I, los autores no se atreven a sugerir la existencia de un, posible, tercer epígrafe -la inscripción primitiva- pero tampoco la descartan totalmente.

Apareció en la última campaña de excavaciones, en las proximidades del vano de una puerta, en los niveles de ocupación tardía (siglos VI-VII d. C.) de la villa romana de «Torre Águila» (Barbaño). Se conserva in situ, aunque desplazado de su emplazamiento original.

El formulario de la Inscr. I se repite en otro miliario de este emperador encontrado en la provincia de León, vid. HEp 5, 1995, 539.