El texto se encuentra paginado de forma tendente a lo regular, pero con variaciones en la altura de las letras. En general el trazo de estas es irregular, realizado posiblemente a mano sin ayuda de herramientas de guía (se observa bien en la D, la segunda E y en las S). El surco de las letras es en forma de cuña, aunque a veces (en las S, las astas horizontales de las S y en la vírgula) está simplemente realizado mediante grabado con buril. La S de la segunda línea y la primera de la tercera línea están inclinadas a la derecha, y la R presenta un trazo oblicuo abierto y curvado.

Se ignora el lugar de procedencia, pero ya se conocía en 1894.

Los restos conservados no nos permiten realizar una propuesta de restitución del texto, ya que las posibilidades son múltiples, y ninguna segura.  Las letras conservadas en l. 2, [- - -]SERED[- - -] coinciden con Tuseredus (nombre documentado en las Epistulae: se conserva una carta que escribió el obispo de Braga Anscaricus a Tuseredus (El Escorial &. I.3, fol. 1r-2r y fol. 2r-5r; 239r), cf. Millares Carlo, A., 1999: Corpus de Códices Visigóticos, Las Palmas de Gran Canaria, esp. pp. 53 y 68; Fernández Conde, F. J., 2000: La religiosidad medieval en España: Alta Edad Media (s. VII-X), Universidad de Oviedo; Gil, J. (ed.), 2020: Scriptores Muzarabici saecui VIII-XI, I, Napoli), pero no es una restitución segura.
Por la paleografía (véanse los trazos de las letras similares en Ramírez Sádaba - Mateos Cruz, CICMe, esp. nº 109, 118, 119, 142, 147 y 154, pudiéndose datar entre los ss. V-VII d.C.), posiblemente se trate de una inscripción cristiana.