Se trata de un epitafio cristiano, no sólo por su morfología característica de lauda sepulcral (dimensiones de la pieza y texto inscrito en la cabecera), sino por el vocabulario empleado, recurrente en este tipo de inscripciones, como son los verbos (re)quiesco y respicio y el sustantivo tumulus. Es probable que sea un carmen de ritmo dactílico, como otros epígrafes donde se emplea respiciens y tumulus. Además respicere suele ocupar la parte final del epitafio, incluso en inscripciones paganas.
Se puede pensar que la última línea contiene la alocución al viandante, del tipo “quisquis ades dicas”, que se puede leer en un epitafio emeritense (ERAE 138 = CLEHisp 70); aunque lo frecuente es que la alocución inicie el epitafio, como se lee en varias inscripciones de Roma (CIL VI 1756b y 31942). Como tumoli está en genitivo es el referente de un sustantivo, quizá nomen, como se lee en esta otra inscripción de Roma: quisquis es agnoscas tumuli nomen (CIL VI 31942 = CLE 1951). En suma, una posible restitución del texto sería:
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respicien[s nomen]
tumoli quisq[uis es]
Fecha: siglo IV d.C., por la tipología del monumento, la forma de las letras y el vocabulario.