Texto B): letras de 3,5 cm; son más pequeñas la V de Perpetua en l. 1 y las que están voladas y embutidas, además de la A de Kal. en l. 4. En l. 2, LA con A volada; en l. 3, nexo NP; en l. 4, DI con I embutida y L de Kal. con barra cruzada para indicar abreviación; en l. 5, LI con I volada. La disposición del texto en cinco líneas aporta una sensación de mayor solidez que el texto a), acentuada por el tamaño uniforme de las letras, que no varían salvo en los casos contados de las litterae minutae, ya sean voladas o enclavadas dentro de otras. A pesar de que el epitafio ha sido grabado casi un siglo después que el anterior, se observa el empeño por adecuar la forma de las letras al modelo del primer epitafio. Sin embargo, este empeño es más aparente que real, como puede observarse en la ejecución de la R, con la curvatura del caído que arranca del segundo trazo, cuya curva, por otra parte, no llega a unirse al primer tramo de la letra. La letra A, cuyo vértice superior ahora aparece cerrado, mostrando en algunos ejemplos el trazo superior superpuesto tan característico de algunas inscripciones emeritenses a partir del siglo V, muestra sin embargo su trazo horizontal recto. Finalmente, la D cursiva del numeral que indica el año, está realizada de una forma más natural que la del texto a), mostrándose así más cercana a la que encontramos en otras inscripciones visigodas de la misma época (Ramírez Sánchez 2008).
Texto C): letras de 4 cm y 3,5; son más pequeñas las voladas y embutidas. En l. 1, CI-DI con I embutidas; en l. 3, VI con I embutida; en l. 4, L de Kal. con barra cruzada. El principal rasgo que destaca en este epitafio es su aspecto de solidez y de uniformidad. La primera viene dada por el mayor tamaño de las letras de las dos primeras líneas, por un interlineado menor que en los dos textos anteriores, y, sobre todo, por la nula separación entre palabras. La uniformidad, en cambio, viene determinada por la ejecución homogénea de las capitales por el lapicida, a pesar de trabajar sobre una losa situada sobre la horizontal de la sepultura. Se observa el empeño por imitar las letras de las inscripciones paganas, aunque aquí el principal referente está en el epitafio de Gregorius: véase cómo la D, la M, la N, la E, la R y la V, entre otras letras, siguen la pauta marcada por el epitafio más antiguo de la misma losa. La A, en cambio, presenta una ejecución mucho más cercana a los modelos de las capitales de época imperial que la de los dos epitafios anteriores. La atracción gráfica con el primer texto se puede observar, incluso, en la artificiosa forma de grabar la D cursiva del numeral de la última línea, con esa espiral tan característica (Ramírez Sánchez 2008).
uir inl[us]tris
famul(us) Dei uixit annos
LVI men(ses) V req(uieuit) in p(ace)
d(ie) XVI Kal(endas) Nob(embres)
era DXXX
la Dei uixit annos
XVI requieuit in pa-
ce sub die V Kal(endas)
Iulias era DCXX
eclesiea Emeritensi(s) famulus •
Dei uixit annos XXXIII requieuit
in pace die IIII Kal(endas) Ianuarias •
era DCXLtrisis
Cf. Saquete Chamizo 1997, 104; Ramírez Sánchez 2008, 165 ss.
CICMe 37
AE 2001, 1169
2 INLVSTRIS, Caballero - Mateos 1991 y 1992; Mateos 1999.
3 ANNIS, CICMe.
Texto B):
5 DCXXI, Mateos 1999, por error de impresión o por confundir la hoja de la láurea con un asta recta.
Texto C):
1 ARCHIDIACONVS, Mateos 1999.
2 ECCLESIEA, HEp; EMERITENSI, CICMe.
5 XLXLTRISIS, Mateos 1999, por error de impresión evidentemente.
La propia ubicación del locus sepulturae, en un lugar privilegiado de la basílica, está acorde con la calidad formal del soporte (un mármol blanco de gran calidad), la propia decoración escogida (característica de otras lápidas de esta naturaleza) y, sobre todo, la cuidada letra empleada para ejecutar el epitafio, su escritura proporcionada y regular, en la que las formas respetan la verticalidad y horizontalidad de los trazos, en las que se aprecia una atracción gráfica hacia la escritura pagana de época imperial (Ramírez Sánchez 2008).
Las inscripciones muestran algunos errores y anomalías corrientes en textos de esta cronología, como en l. 5 del texto a) Nob(embres) con betacismo; en l. 1 del texto c) Heleuterius por Eleutherius; en l. 2 del texto c)eclesiea por ecclesiae, Emeritensi por Emeritensis. En la indicación del año de defunción aparece aquí uno de los ejemplos no muy corrientes donde el numeral 3 se expresa por medio de TRESSIS (cf. Gil 1976a), escrito aquí incorrectamente como TRISIS. Existe otro ejemplo en las inscripciones de época visigoda de Mérida: vid. Hidalgo Martín et al., NEFAE 199 (CILAE 1276).