Las letras se grabaron entre las líneas que marcaban la caja de los renglones, según parece de los débiles vestigios que de ellas quedan. Su altura varía entre los 4-5 cm.
Vacat inferior de 11,6 cm y superior originales (ocupados ahora por inscripciones del s. XVIII de 7 cm).
En cuanto a formas, la A es de travesaño recto. La C ofrece la particularidad de terminar su extremo inferior en punta aguda en algún caso. La D recupera su trazado clásico lapidario o se estrecha mucho formando un arco de poca altura, con sus trazos segundo y tercero, sobre el primero; aquellos dos trazos se pierden bajo el grabado, que hace de los dos uno solo. La E y la F son de tipo clásico lapidario. La G sigue siendo espiral. La H tiene su segundo trazo más alto que el primero. La L se escuadra bien. En la M se advierte la prolongación hacia la izquierda del extremo superior del segundo trazo. Esto mismo sucede en algunas enes, al paso que en otras el tercer trazo se termina en punta aguda por abajo. La O es completamente ovalada y vertical. La P cerrada. La Q es de tipo francamente cursivo trazada probablemente en dos tiempos. La R es abierta y el segundo trazo se inicia a la izquierda del vertical. En un caso tiende a perfilar sus trazos con gruesos y magros. La V, vocal o consonante, es de forma uncial con el primer trazo redondeado para ligar con el segundo; éste se prolonga hacia abajo romo, o en punta aguda; en algún caso los dos trazos se unen exactamente como la U actual, que nada tiene de especial, ni relación alguna con la forma de la Y. Solo en el numeral se conserva la forma clásica lapidaria de la V. La X recupera también la rectitud de sus trazos.
Abreviaturas solo hay tres: las de los nombres sagrados Dne. Ihu. Xpe., indicadas las tres por rayas horizontales superpuestas, en el segundo cruzando lo alto del segundo trazo de la H, exactamente igual a la de HOC en l. 3. Es la primera vez que aparece fechado en Mérida el nombre Ihesus y con esta forma (Navascués y de Juan 1948 [2019], nº 21).