Paginación del texto desordenada pero con intención de destacar los inicios de párrafo. Así, las tres primeras líneas (la nº 2, 3 y 4) y la quinta (la nº 6) bien centradas, pero en la nº 2 y nº 4 no se ha calculado correctamente la longitud de la última palabra (completa) que se pretendió grabar: así en línea 2, Argentar(- - -) aparece abreviada y algo más reducida de altura (1,3 cm) que la otra palabra del renglón; y en línea 4, Sorori con la I final fuera de la caja del módulo, por encima de esta. La línea 5 aparece algo desplazada a la derecha y el último renglón totalmente alineado a la izquierda. 

Letras capitales cuadradas con rasgos librarios: las A de la línea 2 desigualmente diseñadas, las P abiertas, las G de apéndice curvo. Nexos de NT en la línea 2 y de MAE en la línea 5. 

 

Descubierta en 2009 en el transcurso de la intervención arqueológica con nº 8206 del Consorcio dentro del solar del antiguo Cuartel Militar de Artillería “Hernán Cortés” (cf. Sánchez Hidalgo - Sanabria Murillo - Rosa 2019). Se encontraba desplazada, en un estrato revuelto, con vertidos de diversa índole, a escasos metros de una tumba de incineración (A1037) fechada en el siglo II d.C., por lo que no resultaría aventurado ponerla en relación con esta sepultura.

Se mencionan dos hermanas, cuyos nombres son un hápax en la epigrafía hispanorromana. Agape, la difunta, es un nombre griego muy empleado en la primera onomástica cristiana con numerosos ejemplos en Roma y Ostia, pero con anterioridad al siglo IV está poco documentado al menos en caracteres latinos, hallándose la mayor parte de testimonios en Italia y en Roma sobre todo. Sorica es un cognomen muy escaso, encontrándose casi todos los ejemplos en el norte de África.

La difunta lleva el nomen de la gens Argentaria, aunque detrás de su cognomen Agape. Este tipo de reversión, extraña, se puede encontrar en Emerita también en otros epígrafes. Otra posibilidad es que se haga alusión a la familia de pertenencia de Agape en genitivo plural –Argentar(iorum)–, como encontramos en Mérida por ejemplo con un tal Hector Corneliorum, que aparece así mencionado en tres epígrafes (ERAE 290 = AE 1984, 488; AE 1962, 67; ERAE 28 = AE 1984, 487 = HEp 1, 99).

Con éste ya son tres los monumentos descubiertos en Mérida donde se citan individuos de esta familia de los Argentarii. En el cercano solar de El Disco, encuadrado tradicionalmente en “la Necrópolis Oriental”, al igual que el solar del antiguo Cuartel militar, se descubrieron en 1991, junto a otras piezas epigráficas de carácter funerario, una estela de mármol con edícula y retrato (AE 1993, 903 = HEp 5, 88) y un altar de mármol  (AE 1993, 904 = HEp 5, 89) donde se mencionan en total a tres Argentarii emeritenses contemporáneos entre sí: Argentar(ia) Verana, Ar(gentarius) Vegetinus y M(arcus) Argentarius Achaicus.

Una pieza cuyo soporte y características epigráficas (ordinatio y formulario) son casi idénticas se encuentra en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, con nº de inventario 7486. Procede supuestamente de las excavaciones que dirigió Antonio Floriano en los años 30 del siglo XX en este mismo solar del Cuartel, según testimonio de Álvarez Sáenz de Buruaga.  En cambio, García Iglesias (ERAE 209) duda que la pieza provenga del solar del Cuartel, pues Floriano no la menciona. El altar hace alusión a dos libertos, madre e hijo, de un mismo patrono, de la gens Afinia, portadores ambos de cognomina griegos (Deucalio y Trepte). Aparentemente tendríamos dos piezas del mismo taller destinadas a la misma área funeraria y al mismo colectivo social de extracción servil de la colonia.

Datación: mediados del siglo II d.C., por la tipología del monumento, el formulario y el uso del superlativo de afecto, así como la paleografía.