La interpretación de la l. 1 es problemática. La primera palabra es el final en ablativo de un apelativo o un nombre terminado en -+O, genitivo -+ONIS. A continuación las letras LEG permiten diversos desarrollos: puede ser la abreviatura del verbo LEG(avit), y entonces las letras que van delante habrían designado al autor de la oferta. Como no pueden corresponder a un nombre personal en nominativo, se puede pensar en un rango militar. Pero el verbo LEGARE se utilizaba sobre todo en inscripciones funerarias, y cuando de actos evergéticos se trata, los legados solían indicarse como importes en efectivo. "Por lo tanto, y manteniendo la interpretación como rango militar de las primeras letras, sería preferible desarrollar LEG(ionis), con el nombre de la legión en el renglón siguiente, seguido por un verbo como POSVIT" (Stylow 2006, 309). Tratándose de un militar, sorprendería el importe muy elevado desembolsado por el personaje, unos 17-18000 sestercios sólo por el valor metálico. En vista de esas dificultades, Stylow (2006) manifiesta que parece preferibe interpretar LEG como LEG(ato), o sea, como una referencia al LEGATVS AVGVSTI PRO PRAETORE de la provincia. Las letras +ONE corresponderían entonces al final de su cognomen indicado en ablativo. "El legado, por lo tanto, no era el responsable directo de la oferta, sino debe de haber cumplido otra función, expresada, p. ej. por un participio como CVRANTE o DEDICANTE, después de la mención del autor verdadero, en nominativo. Pero la existencia de ese verbo no es imprescindible" (Stylow 2006, 309, cf. CIL II 5264). Por tanto, la inscripción reconstruída sería probablemente:
- - - - - -
[- - -]+ONE • LEG(ato)
[Aug(usti) pro pr(aetore) ex arge]nti • (vac. 1) p(ondo) • L •
Pero el legado podría ser Fulcinio Trión, gobernador en tiempos de Tiberio (21-31); un Catón, datado el año 46, o Salvio Otón, legado imperial entre los años 58 y 68.
El objeto dedicado (probablemente una estatua de plata) pesaba 50 ilbras = 16373 kgr, una cantidad muy considerable no sólo para Lusitania. La donación de este objeto y, no mucho más tarde, otro más de 5 libras de oro, indica una riqueza y una capacidad económica por parte de la provincia Lusitania, capaz de poder sufragar proyectos edilicios y ornamentales, como el templo al Divus Augustus.
La paleografía sugiere una datación dentro del segundo tercio del s. I d.C., a partir de la época de Claudio aproximadamente, a juzgar por la forma de la G en caracol. "Pero hete aquí la mala suerte de que durante el s. I d.C. hay nada menos que tres gobernadores conocidos cuyo cognomen cuadraría con las letras conservadas" (cf. los tres testimonios en Stylow 2006, 310-311). Hoy por hoy no es posible dedicirse con un mínimo de seguridad por ninguna alternativa, sólo constatar que la inscripción es de época preflavia.
Tampoco hay forma de saber qué era el objeto ofrecido ni a quién se dirigía el homenaje o culto. Esta inscripción se grabó en una placa, con la que se puede haber revestido algún soporte. La estatua, considerando su elevado valor, se guardaría, normalmente, si no en el templo mismo, en alguna dependencia suya o en una edícula del foro y quizás se llevara, dado su peso no excesivo, en las procesiones que durante las fiestas religiosas recorrían la ciudad (Stylow 2006, 311).